sábado, 2 de julio de 2011

AUJOURD'HUI, OUI, IL ETAIT FANTASTIQUE!!


Hoy sí que ha estado bien, como siempre, cuando salgo a correr es reconfortante, oxigenante, regenerante, pero sobretodo  hoy ha sido especial.
He salido más temprano que el otro día y todo estaba como a mi me gusta, en calma, la quietud se respiraba aportando paz y tranquilidad. Supongo que por el hecho de ser viernes o por alguna otra circunstancia, como el estreno de las rebajas, había influido en que no hubiese gente, solo la justa, la de los que realmente van a hacer deporte en serio -y otros que lo pretendemos-.
Iba yo corriendo sumergida en mi mundo interior, pensando en el libro que he empezado a leer de Murakami, que como siempre te abstrae y tiene el poder de hipnotizarte.
Pensaba en la pregunta tan existencial que Murakami había formulado: 
" ¿Puede un ser humano llegar a comprender plenamente a otro? Cuando deseamos conocer a alguien e invertimos mucho tiempo y serios esfuerzos en este propósito, ¿hasta qué punto podremos, en consecuencia, aproximarnos a la esencia del otro?. ¿Sabemos en verdad algo importante de la persona que estamos convencidos de conocer?."
La verdad es que da mucho en que pensar, verdad? Cuando no paramos atención no reparamos en estas cuestiones, pero cuando nos detenemos, es cuando todo se empieza a remover y a cuestionar, y cualquier pequeño detalle, por más insignificante que sea, será el detonante.
En fin que iba yo filosofando para mis adentros, escuchando música sin prestar ya mucha atención a mi alrededor, es difícil de explicar, cuando corro aunque esté en alerta, a la vez estoy como en otro mundo paralelo, abstraida, así creo que lo podría definir.
He notado a mi derecha una presencia pero viendo que no me adelantaba he vuelto a mirar y me he encontrado con el  David de Miguel Angel, ooohh! que visión! he tenido que alzar la vista, por lo menos  debía medir metro noventa.
Entonces me ha saludado con la mano y con gestos me ha indicado si podía quitarme los auriculares, cosa que he hecho automaticamente, me ha preguntado si hablaba inglés y yo le he respondido que no.
-No problem, ha dicho, necesito practicar español.
- ¡Ah! pero yo cuando corro no puedo hablar - el se ha reído y ha dicho ok, pero ¿ te molesta si te acompaño?
-No pero solo te contestaré con monosílabos,¿ok?
-¡Ok!
Pero no he podido dejar de formularle una pregunta:
-¿Que llevas en la mochila?
- Veinte kilos de peso. Me ha guiñado el ojo y hemos sonreído.
-¡Uala! ¡Que pasada!-, hemos continuado corriendo y era muy extraño, me hacía preguntas y yo le contestaba con monosílabos para no agotarme, y el no paraba de sonreir.
Cuando por fin he llegado a mi 'meta' estabamos  tan acalorados que me ha preguntado si tomábamos un refresco, a lo que no me he negado porque estaba medio desmayada, ya no sé si de la calor o del impacto de estar junto a un Adonis. Imaginaos un triatleta!,¡un Ironman! bueno todo músculo, bíceps, tríceps, tableta de chocolate...impresionante.
Ya os he dicho que era como el David, con el cabello ligeramente ondulado y muy rubio, ojos muy azules y la piel bastante bronceada-enrojecida de hacer ejercicio al aire libre. Sin lugar a dudas, nórdico, muy guapo, con una sonrisa profident, fantástica,- daban ganas de morderle los labios-.
La verdad es que estaba alucinada, resulta que era triatleta, que estaba de estage preparando su próxima competición, era finlandés y se llamaba Greg. Solía venir como cuatro veces al año a este lugar a prepararse, decía que le gustaba mucho el entorno -a mi también- y sobretodo el buen clima, no me estraña comparado con el suyo...
Nos hemos sentado en una terraza y la coca-cola me ha sentado de gloria.
Hemos conversado más de una hora, era un chico divertido, más joven que yo, pero me ha hecho sentir muy bien, me ha hecho reír la verdad, esos instantes han hecho que incluso me olvidase de mí, de quien era y donde estaba.
Es curioso como conversar con desconocidos puede ser tan gratificante, aunque no siempre claro, pero por esta vez, ha ido bien. Como el tiempo me ha pasado volando, al ver la hora  me he sobresaltado y nos hemos despedido, eso sí, con un cordial apretón de manos, pero antes nos hemos intercanviado los móviles.
¡Ha sido un fantástico atardecer en compañía!


                                         

Y volviendo a mi reflexión inicial, siempre estamos en constante evolución, somos variables, impredecibles,  por lo tanto, nosotros mismos nos desconocemos, ¿como nos van a conocer los demás?. Aunque estemos con una persona muchos años, nunca lo sabremos todo el uno del otro, siempre habrán lagunas, pozos profundos... y oscuros.                 

No hay comentarios:

Publicar un comentario